junio 4, 2009

Hace poco vi a  un médico, cuyo  rostro tiene la expresión natural de estar sonreído. Es una experiencia maravillosa para su mamá haberlo visto crecer con cara de felicidad. 

¿Por qué resulta tan complicado dibujar una sonrisa si el sentido del humor viene incorporado a nuestro temperamento, a nuestros genes? 

Los niños a las pocas horas de nacidos, sonríen e iluminan su entorno familiar.  Resulta fácil y natural continuar sonriente y de buen humor  por los caminos de la vida, sin dejar que muera nuestro feliz niño interior.

Sonreír  es comenzar a sanar el alma y sentirse libre. Es una condición elemental que prevalece cualquier obstáculo. Es cuestión de proponerse y lograrlo, sin darle cabida a la crítica, ni vivir a la defensiva.  En cambio el buen humor es la inclinación a mostrar un carácter alegre y complaciente.

Si al momento de decidir con quien compartir la vida, se elige a alguien que siempre sonríe, es probable que se produzcan situaciones especiales que los una de manera sólida y firme, aún sin resolver los problemas que se les presenten; porque una pareja con sentido de humor puede superar cualquier catástrofe; mostrando que una discusión o crisis puede repararse con la mejor fórmula del mundo a más del amor: la alegría, la capacidad de reír, el buen humor, la sinceridad, la confianza mutua, la predisposición y el afecto.

Si no tienes la suerte de tener la cara con sonrisa natural incorporada, te propongo que comiences a practicar ante un espejo estirando los labios; es una buena intención y una pequeña señal de cambio que te hará sentir mejor contigo mismo y con tu entorno. 

Anda despacio, pero haz cambios progresivos. Se amable y sonríe con tu pareja, con tu familia, en tu trabajo y verás como las luces de muchos ojos de personas que te quieren, se iluminarán.

Te aseguro que lograrás esbozar una verdadera sonrisa natural que elevará tu estado de ánimo, aliviando el stress y consiguiendo una cadena de actitudes positivas.    Créeme, no hay mejor satisfacción en el mundo, que sonreír y recibir como estímulo una sonrisa de los seres que amas. 

Sonreír y tener buen humor  no es coqueteo, ni filtreo; al contrario, es abrir las puertas del alma, usando herramientas sencillas que Dios nos otorgó para facilitarnos el día a día. 

Juan Pablo II decía: «Dios quiere la felicidad del hombre» y él fue capaz de hacer reír a miles de personas sin dejar de hablar de Dios ni un solo instante.   

 

 

junio 2, 2009

Divagando entre ideas y recuerdos, hoy no voy a escribir sobre la mamá de Samuel, el niño del pijama de rayas, ni de la inocente amistad entre un judío y un alemán, ni de cosas dolorosas sucedidas tiempo atrás, las que pasan hoy, las que ocurren siempre. Tampoco voy a ir al otro extremo y hablar de la serie australiana Bananas en pijamas y sus lindos personajes que inducen a usarlas.

No es nada especial, ni algo inusual en su modelo. Su etiqueta dice: Pijama de tela, ideal para entretiempo. Muy cómoda y juvenil. La compré en Wal-Mart, para ser precisos, tal vez creyendo en la comodidad que ofrecía su etiqueta, porque lo juvenil me ha quedado en el espíritu.

Pensé que iba a pasar bastante tiempo dentro del cajón, pero aquel día en que mi salud tambaleo y mis sentimientos estaban imprecisos, sin dudar, la tomé y le di la oportunidad de estar en mí…

Es simple y normal, creo yo; pero hablar expresamente de un colorido pijama a cuadros que se ha adherido a mi piel y no lograr descifrar sus intensiones precisas, como que es algo psicótico.

Me reflejo en un espejo y desconozco lo que proyecta. Le miro y le vuelvo a mirar y no logro captar su sentir, sólo sé que está ahí, luciendo su verde novelería, como si me dijera que ha logrado cruzar aquel mínimo límite que separa mi piel del pijama o el pijama de mi piel…

Me levanto, tomo una ducha, fricciono mi cuerpo y me vuelvo a meter en ella; desayuno, leo, examino, arreglo, preparo algo ligero y ceno; tomo mis comprimidos, una taza de agua aromática, y mientras no pase por el entrometido espejo, no la visualizo. Lo bueno es que de verdad es cómoda y no limita mis movimientos, a tal punto que la sensación de estar en el pijama o de que el pijama esté en mí, es mejor que la de aquella ropa laboral que debo usar a diario.

Llega la noche y sigue en mí. Pasa desapercibido el suave olor de las sábanas limpias; mi pijama ha logrado eclipsarlo y me sumerge en las tres eses: suave sensación seductora, lo que hará que termine enfundada en un pijama caliente tomando una taza de agua aromática colorida.

Esto es muy grave.

Ha comenzado a compartir mis recónditos sueños, acaso es un arte de Turín, un amor incondicional, o un dulce tormento que terminará diciendo un áspero: ya no te quiero en mí…y terminará marchándose de mi piel.

Lo bueno de lo malo es que pasa y el tiempo avanza insalvable.

Por ahora mi cuerpo le ha tomado cariño, mi piel está enraizándose, somos una simbiosis, hemos creado nuestro propio cosmos, el pijama y yo, yo y el pijama.

Sabe lo real de todo —pero ese no es el argumento… el pijama conoce que cualquier día puedo desaparecerlo igual como llegó; por eso adulón y convincente, emulando a la hiedra, creyéndose ideograma, un verde tatuaje o una simple espora, no se despega de mi piel. Está adherido en bajo relieve, en un infinito juego eterno.

¿No sería extraordinario tomar el control de que ningún pijama, tenga la osadez de incrustarse a ninguna proclive piel?

Lo tengo claro. Hay cosas en esta vida muy serias y una de ellas es la intención de este colorido pijama a cuadros. Si se lo permito, terminaré en la oficina con zapatillas que le hagan juego.

De modo que algo tendré que hacer…a más de llorar.

junio 1, 2009

Este pequeño libro logra despertar interesante inquietud que es despejada  al leerlo, lo que nos ubica frente a frente para probar nuestra fe.

                                                                            

Es sui generis y especial la dedicatoria, al referirse la escritora que lo dedica a los que antes de nacer fueron ángeles y hoy son sus hijos.

 

Desde el inicio nos conduce a mundos míticos como cuando transcribe un pensamiento en la parte inicial del libro. Cito: Cuenta una leyenda que desde nuestro nacimiento un ángel apoya un dedo en nuestros labios y dice: Calla no digas lo que sabes. Por eso nacemos con una hendidura en el labio superior, sin recordar nada del sitio de dónde venimos.

 

A lo largo de esta obra, la autora mantiene una constante única: aceptar la existencia de estos maravillosos seres etéreos.   Por lo que de una forma directa, precisa y de fácil lectura, va presentando pautas naturales para  conocer y establecer contacto con los ángeles.

 

Nos da a conocer de que existen desde antes de la formación del cosmos y toma como base, que durante milenios han sido portadores de los mensajes que Dios ha querido anunciar a la humanidad, tal y como lo encontramos en las Sagradas Escrituras..

 

Cito a Jeremías, cuando los tres jóvenes hebreos, Misaj, Sidraj y Abed-Nego, fueron echados al horno de fuego en Babilonia por el rey Nabucodonosor, el fuego no los quemó y se paseaban entre el fuego cantando y alabando a Dios, pero se veían cuatro en vez de tres. Por eso, el rey preguntó a sus consejeros: ¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atados? Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremente por el fuego sin sufrir daño alguno y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses… Y Nabucodonosor exclamó: Bendito sea su Dios, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que confiando en Él, quebrantaron la orden del rey.   El ángel los libró del fuego y se paseaba con ellos, cantando y alabando a Dios…

mayo 31, 2009

Los celos son la manifestación de baja autoestima, desconfianza de uno mismo y de la otra persona. Se revelan como amenaza y ponen en riesgo la estabilidad emocional ante la posibilidad de perder lo que se tiene.  Es en la infancia donde se gestan los posibles adultos celosos, ya que el origen se da en las propias familias y más tarde se vierte en la relación de pareja.   Algunas conjeturas reconocen en los celosos la proyección de sus propias tendencias a la infidelidad.

Santiago 3:14-15 dice, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”

Los celos exacerbados son catalogados como una enfermedad llamada celopatía, que se hace presente al exigir atención total de la pareja y  permanecer alerta de cualquier aptitud por inocente que parezca, tratando de evitar que algo llegue a suceder, viviendo con ansiedad, inseguridad, depresión, agresividad y dependencia. Cuando los celos son enfermizos nublan la razón de quien los padece y es aquí cuando aparecen pensamientos ilógicos como el de la posesión y pertenencia de la pareja creando una relación de dependencia que lo mantiene ansioso ante la posibilidad de una infidelidad.

Celopatía

Esta enfermedad requiere tratamiento psiquiátrico y terapéutico simultáneo.  Se genera por falta de confianza en sí mismo; y el no sentirse merecedor del amor de la pareja lo lleva a no creer en la sinceridad y cariño del otro.   El haber vivido experiencias similares en sus familias, con sus padres o con parejas anteriores en quienes confiaban con plenitud, es un factor detonante; lo cual hace que los celos surjan sin motivo aparente  y desconfíen de todos los que les rodean. Es un trastorno delirante que llega a descifrar cualquier mirada, diálogo, ademán o ruido, de manera equívoca, exagerada e ilógica, y obtiene conclusiones erróneas. Distorsionando la percepción de la realidad a tal grado que es capaz de entretejer toda una historia en torno a cualquier palabra o conversación de la pareja, al interpretarla como prueba contundente de un supuesto engaño, sintiéndose amenazado de manera constante; magnifica, exagera, sospecha todo el tiempo; de hecho, su vida gira en función de la posible infidelidad de la pareja; su pensamiento es rígido, exige el cumplimiento de sus deseos y puede agredir con facilidad.

STOP

Si has detectado en ti, pensamientos y actitudes que denoten una celopatía, no culpes a nadie de lo que te ocurre, tomate tu tiempo,  controla los impulsos de obsesión, no seas trágico, se responsable de lo que sientes, recuerda que tus actos dependen de ti y tu eres la única persona que puede cambiar tu conducta.

Desecha los celos del pasado, acepta que no fue tu tiempo, ni tu momento. Vive el presente con intensidad junto a tu pareja, tu futuro único es irrepetible.

Acude a recibir terapia profesional. Vivir en incertidumbre e inseguridad por temor a una infidelidad o abandono de la pareja deteriora la calidad de vida y no permite disfrutar de la relación. Escribe tu propia historia, agradece a Dios sin distraerte del momento presente que es eterno.

AUTOCONTROL

Se requiere fe, voluntad, toma de conciencia, pensamientos positivos que ayuden a frenar los destructivos, ideas realistas y objetivas, tolerancia, darse espacio, aprender a diferenciar lo que son hechos reales de aquellos creados por la imaginación.

Los consejos de un bueno amigo, un familiar cercano, sirven de ayuda; juntos pueden analizar de forma  objetiva, hasta encontrar una solución positiva.

Reflexionar y aclarar las ideas ayuda a exponer  sentimientos sinceros; el descubrir  y compartir  temores, es  buscar solución al problema.

Recuerda

Dios nos ama, por eso es celoso de nuestras alabanzas. Lo mismo debe suceder en un hogar. Si amas a tu pareja, el celo controlado y objetivo es razonable. Pero dejar que Satanás use celos desmedidos para crear una atmósfera donde enfrentar peleas y trifulcas, es inaceptable.

Ama a tu prójimo como a ti mismo y lograrás visualizar que tu pareja te debe de querer tal y como eres.

Cada vez que te vengan a la cabeza dudas y temores, analiza si son reales o creados por tu imaginación.

Dialoga. El contacto, la confianza y el cariño ayudarán a encauzar mejor el objetivo de controlar los celos.                                                       

Si logras controlar estos impulsos, los celos te pueden ayudar a apreciar y valorar a la persona que tienes a tu lado y a cuidar su amor.

El estar celoso indica que no estas satisfecho con lo que Dios te ha dado. La Biblia dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. (Hebreos 13:5).

 

Fuentes: Luz Gabriela Rodríguez, Revista. TN / Wikipedia

mayo 19, 2009

El chisme es como una avispa; si no puedes matarla al primer golpe, mejor que no te metas con ella (BernardShaw).

Vivimos en un medio especial, donde existen personas que se especializan en crear chismes y calumnias,  a tal punto que adquieren mala fama y notoria reputación negativa.

El chisme y la calumnia apagan la luz del corazón

Esa luz maravillosa que tiene nuestro espíritu, es opacada por los chismes y las calumnias.  Esto afecta a la familia, al matrimonio, a los compañeros de oficina, a los amigos, dejando consecuencias funestas que jamás podrán solucionarse.

Las personas que ejercen este mal hábito, no son gratos, ni confiables; a tal punto que cuando se aproximan a determinados grupos, todos guardan silencio para no darle material para hablar.    Ellos son los que inventan, transmiten y pasan los chismes y las calumnias de boca en boca, por celular o por las redes sociales de Internet, demostrando falta de fidelidad y de comunión hacia Dios y el prójimo

En Proverbios 11:13 encontramos: El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.

A mi parecer, el chismoso es envidioso y en su afán maquiavélico, se vale  de artimañas y argucias, sin detenerse hasta manchar y dañar  la dignidad de su prójimo, soslayándose luego de haber conseguido su objetivo.

Cuando encuentres a tu paso a personas que te digan: No se lo digas a nadie, pero me han dicho que… no lo pienses dos veces y actúa de inmediato, acallando a esas serpientes que se presentan envueltas en piel de cordero, que hoy  hablarán de otros y con otros hablarán de ti.

Considero que es nuestra obligación moral, pedirles que corrijan su comportamiento y sugerirles vivir, guardando FIDELIDAD ESPIRITUAL.

Como una profilaxis del alma, apártate de ese tipo de personas y de todo aquel que levante falsos testimonios a la dignidad del prójimo.

mayo 15, 2009

El estreno de la película Ángeles y demonios, basada en la novela escrita por Dan Brown, ha causado un sensacionalismo comercial sin límite, que pude apreciar en las salas de cine.

En lo personal, considero que es una producción entretenida, cuya trama nos ubica frente a la búsqueda de secretos de una secta llamada Illuminati que ha permanecido oculta durante siglos y de la poderosa arma antimateria más volátil y mortífera de la humanidad, colocada por ellos en el interior del Vaticano durante la elección del Papa.

En el desarrollo se aparentan sorpresas, se buscan elementos gráficos llamados ambigramas, el extraño símbolo de la pirámide, el ojo que todo lo ve y además, se revelan algunos de los más oscuros enigmas de la historia. Verdades o mitos? Eso lo decide el escritor al conducirnos.

Sin profundizar, ni en el afán de crear polémica, pienso que la verdadera fe no se destruye por la imaginación desarrollada por un escritor o por la producción recreada en la filmación de una cinta sobre el mismo.

Creo que esto no da lugar a conflictos que desestabilicen a la iglesia, que está formada por cada una de nosotros los creyentes. Al contrario, bien por el éxito comercial que ellos persiguen; más sin embargo, el prestigio y los valores de la religión católica, para mi, son incólumes.

Discernir lo real de lo ficticio queda en nuestras manos.

In God we trust.

mayo 14, 2009

Para que los ángeles y arcángeles se manifiesten hay una condición básica:

Los ángeles están aquí,  entre nosotros. Pero solo intervienen cuando  lo pedimos y responden siempre y cuando no interfieran con el plan de vida que nuestro padre celestial tiene trazado para cada uno. Jamás penetran directamente en nuestra voluntad, ni modifican nuestro razonamiento de forma arbitraria, respetan profundamente el libre albedrío que Dios nos otorgó.

Buscar su ayuda no es algo que se limite a un sistema de creencias religiosas.  Relacionarse entre sí es lo siguiente en nuestra evolución como género y también lo es en la evolución de los ángeles que se ocupan de nosotros.

La fe nos da un corazón limpio que nos aprueba avanzar. Si tenemos un cierto grado de conciencia y evolución, nuestro campo de energía nos facilitará  el  contacto anhelado.

Es simple. Ahora mismo, mientras estás leyendo, comienzas a meditar: adecua el entorno, enciende una vela blanca y  un incienso de suave fragancia. Siéntate con la espalda recta, los pies sobre el suelo y las manos sobre los muslos, cierra los ojos y convócalos; haz uso de tu voz que es poder y energía. Ora desde lo profundo de tu corazón, usa tus propias palabras y añade tus peticiones. Relájate y confía en lo primero que venga a tu mente. Permanece receptivo, acepta y confía que las cosas se dan por el bienestar absoluto. Lograrlo es recibir un preciado obsequio y un intenso catalizador en nuestro proceso evolutivo. 

Tomado del libro Entre Él y nosotros están ellos de Luz Gabriela Rodríguez.

mayo 8, 2009

Tres palabras similares de 5 letras cada una, que dan un resultado extraordinario.

Porque una madre es una mujer; es un ángel que Dios envió a la Tierra, es la amiga más leal que disponemos y encima de todo, nos aman en todo momento.

Cuando nos sobrevienen duras pruebas; cuando la prosperidad da paso a la adversidad; cuando nos abandonan los amigos que se alegraban con nosotros en las buenas; cuando las tribulaciones se multiplican a nuestro alrededor; ella, nuestra madre, se aferrará a nosotros y, valiéndose de consejos y preceptos de ternura, se esforzará por disipar los nubarrones de tempestad logrando el retorno de  la paz en nuestros corazones.

Y vaya que es así, nosotras las mujeres madres, somos bendecidas y privilegiadas. Dios nos entregó dones, que junto al vigor de la juventud nos predispuso a cumplir con este noble papel; nos dio una infinita capacidad de amar, fortaleza, abnegación  y sabiduría para proteger a nuestros hijos, con la fuerza de una salvaje fiera y  la dulzura de un ángel celestial, sin desmayar ante los avatares de la vida.

Amigas: cada una de nosotras somos un ángel en la Tierra para nuestros hijos.  Mantengamos  los brazos extendidos para cuando ellos nos necesiten, no importa si se han equivocado o no, un cariñoso abrazo y muchos besos, seguidos de un llamado de atención cuando necesitan una lección, buen ejemplo y más cariño, es la fórmula más eficaz para que un hijo se sienta seguro y amado hasta que pueda emprender su propio vuelo..

Mujer: si tienes madre, cuídala, recuerda: es un ángel que te guiará por siempre. Se su amiga y dale tu amor, comparte con ella tus momentos difíciles y tus alegrías. Agradécele infinitamente tu vida. Escucha sus diálogos, no importa si lo repite mil y más veces, son el testimonio de tu existencia, enjuga sus lágrimas, aunque pienses que son sin motivo aparente.  Abrázala y extiéndele tu mano en sus últimos años.

Brindemos hoy, el domingo y siempre, por aquellas madres que volvieron a ser ángeles y retornaron al creador.

Por  la dicha de las que aún la conservamos y por todas nosotras que día a día vamos moldeando a nuestros hijos, para que sean corazones nobles en los caminos de la vida.

 

 

mayo 2, 2009

SI NO ES UNA AVENTURA, NO VALE LA PENA HACERLO

Fui al IMAX con mi familia a ver la película VAMOS A LA LUNA y mi primera impresión fue de fascinación, cuando escuché la canción de Frank Sinatra: Fly me to the moon.

Cual realismo mágico, comencé a disfrutar intensamente los efectos tridimensionales de encantadoras escenas de esta tierna película animada, donde la magnifica frase del abuelo de Nat: Si no es una aventura, no vale la pena hacerlo, lo alienta en sus secretos planes, de embarcarse en esta odisea espacial, como polizontes del Apolo XI.

Sólo tengo que agregar que si NAT y sus amiguitos fueron las primeras moscas (pre-adolescentes) en viajar al espacio y llegar a la luna en el año 1969, yo estuve en la luna 13 años antes que ellos.

Créanme. Es mi origen. Se que la conozco de siempre. Ejerce una atracción increíble en mi ser; en especial cuando se muestra completa y brillante. Y estoy segura, porque paso la vida despistada o perdida ex profeso, contemplándola con admiración infinita, iluminada en el espacio sideral.

Recuerdo cuando mi hija era pequeña y yo tenía que ir a algún lugar. Ella quería ir conmigo, yo le decía que iba a la luna y que no podía llevarla porque era pequeña y se resbalaba. Mi hija me hacía prometerle que cuando sea grande la llevaría conmigo…

Disfruté esta mezcla histórica con la fantasía del mundo humanizado de las moscas, con extraordinarias imágenes; junto a Nat viví esta tierna aventura.

Júzguenme, porque hasta yo dudo de lo que voy a decir, pero de ahora en adelante antes de matar una mosca, voy a ponerlo en tela de juicio.

abril 30, 2009

Mi agradecimiento a Dios y a sus Ángeles

Casi siempre, me quedaba hasta muy tarde trabajando en mi oficina y retornaba a  casa por la Vía Perimetral. Una noche al llegar al primer puente, tuve que frenar a raya para lograr atinar a pasar por el lado menos pedregoso, pues la vía estaba llena de cascajo, por lo que una llanta topó una piedra filuda y se ponchó.

En el primer instante me dije, que bueno que sea en este lugar donde hay gente y puedan ayudarme. Apagué el motor y observé el panorama tras el parabrisas y en vez de tranquilizarme, comencé a asustarme, pues vi que dos hombres de aspecto grotesco, al ver mi carro parado, venían hacia mí. Me preocupé más, enseguida cogí el celular para pedir ayuda, oh angustias! se acabó la batería, entonces sin atinar que hacer puse seguro en las puertas, alcé la mirada y vi que dos hombres más se les unían. Lo único que atiné en ese momento fue agacharme sobre el volante y pedir a Dios sea misericordioso conmigo y me envíe a sus angelitos a socorrerme, en el momento que alcé mi cabeza veo que pasaba un carro de la CTG y se paró delante de mi carro, se bajaron 2 vigilantes y enseguida me pidieron las herramientas para cambiar la llanta ponchada, creo no pasó ni 5 minutos, me devuelven las herramientas y me recomiendan que salga lo más rápido de allí porque es una zona peligrosa y que los siga que ellos me escoltarían hasta pasar el puente. Mientras prendía el motor de mi Gran Vitara y arrancaba para seguirles les divisé hasta la bajada del puente, pero en un segundo más desaparecieron, no se a donde se fueron, no les ví cruzar, no les ví más adelante por más que aceleré para darles mis sinceros agradecimientos a estos angelitos que Dios me envió y que simplemente desaparecieron de mi vista.

Dios, acudiste de inmediato. Fue tan rápido lo que hicieron por mí, que no me dieron tiempo de agradecer tan eficaz ayuda.

Dejaré en estas páginas mi testimonio de fe y mis agradecimientos a Ti y a los Ángeles por lo que hicieron por mí aquella noche.

Jenny Beatriz

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