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Pasos para acelerar el proceso de cambio en la ESPOL, arribamos a cambiar, Misiva a los novatos 2011 i, ICQA, CSECT, 2011.05.02.

lunes, mayo 2nd, 2011

ESPOL ICQA

Para todos, novatos o no, dentro y fuera ESPOL.

Difusión 2011.05.03

Todo viaje hacia “nuestro” cambio en la ESPOL comienza con un primer paso en la misma.

En la ESPOL (U) nos sometemos a un proceso de cambio en lo personal, que nos conduce a la adquisición de conductas profesionales. Este particular me ha motivado a escribir este pequeño ensayo, a partir de lo que los expertos señalan como clave para el proceso de cambiar.

Parece que todos cambiamos, día a día, hora a hora. Si bien todos cambiamos, es menester recordar al ex colegial, al novato de la ESPOL, algunas cosas sobre el proceso de cambiar en la Institución. Cosa similar tiene lugar en otros centros universitarios.

Lo aquí plantado es algo como el camino al infierno, está lleno de buenas intenciones, y he tomado un poquito de allí y un poquito de allá. Con estos antecedentes, ponemos a consideración esta misiva a los novatos dentro y fuera ESPOL, año lectivo 2011-2012.

Queridos Novatos.

Una vez más resaltamos que en la ESPOL hay verdades que confesar en público. Una de ellas es que a la ESPOL se viene a cambiar en mente, corazón y visión, entre otras cosas. En la vida universitaria se cambia en muchos sentidos.

¿Cómo hacer para qué el cambio a “sufrir” en la U sea provechoso, armónico, integral, incremental, profesional y sobre todo perdurable?

Las respuestas hay que encontrarlas en nuestro propio interior, puesto que cada uno sabe bien cómo es que cambia o ha cambiado.

Una verdad adicional a confesar, o reconocer, es que cada uno de nosotros se opone a adoptar una nueva mentalidad, nuevas prácticas y conductas.

Nunca esta demás un poco de franqueza: Sí ya está en la ESPOL, tarde o temprano tendrá que dejar atrás la mentalidad de colegial, las conductas de dependencia, sus prácticas de pedir todo servido. En la U empieza una etapa de auto gestión, que incluye el aprendizaje de por vida.

Para cambiar sin “sufrir” hay que aprender rápido a cambiar “aceleradamente” y asimilar los cambios entre intervalos, entre clases, semanas, entre evaluaciones. En otras palabras, aprovechar los intertantos para reflexionar sobre las vivencias de crecimiento académico y que son casualmente conducentes al desarrollo y crecimiento profesional.

Matizando, es aconsejable anotar (registrar), en sus intertantos, los cambios logrados por usted, ya sean estos diarios, semanales, semestrales, anuales, etc.

No todos cambian con igual velocidad e intensidad. A usted le toca descubrir cuál es su tempo de cambio. Esto se refleja en el número de materias a cursar por semestre. Hágase amigos de quienes comparten su ritmo y vocación de cambio. Las malas compañías lo pueden desacelerar.

Otra realidad, durante vuestra permanencia en la ESPOL, es necesario aprender a presupuestar como ocurren nuestros cambios y creemos que nada más importante que elaborar un presupuesto de cómo vamos cambiando (costos, perdidas, beneficios, etc.).

Para cambiar sin mucho “dolor” se debe involucrar en su proceso de cambio en la ESPOL a toda su mente, a su corazón, a su estado físico. También ponga a trabajar en esa dirección de cambio a su inconsciente. Sobre todo en los ejes vertical y horizontal, para enrumbarnos hacia obtener los resultados deseados.

¿Qué busca usted en la ESPOL? ¿Cuenta con sueños por cumplir? Entonces, ¿Qué desea cambiar al llegar a la ESPOL?

¿Cómo piensa salir “cambiado” al dejar o abandonar la ESPOL?

Otra unidad por reconocer es que su proceso de cambiar se somete a las leyes de su auto gestión. Su gestión por y para cambiar responde a su capacidad e intervenciones personales y sociales (perturbaciones).

En la ESPOL se cambia con el cumplimiento de tareas, proyectos, exposiciones, ferias, competencias, evaluaciones, visitas de campo, de observación y estudio, etc. No se cambia haciendo nada.

Una lectura a asimilar es el documento el “Mensaje a García”. Quienes deseen tener a mano el material hacer clic en el siguiente enlace, ver:

http://blog.espol.edu.ec/vicenteriofrio/files/2010/12/Mensaje-a-Garcia.pdf

Toda gestión de cambio es un asunto muy personal y arroja resultados distintos en distintos actores. Parece ser que quienes tienen sangre de liderazgo asimilan los cambios más rápidamente.

Líder o no, quien cambie debe caer en cuenta de los beneficios o perjuicios que originan los cambios. En la ESPOL uno debe buscar cambios que conlleven un desarrollo integral y de por vida. En la U se cuenta con muchas puertas, seres humanos, conducentes hacia verdaderas oportunidades.

Lógicamente, en los procesos de cambio están involucrados muchos asuntos personales. Otro detalle a confesar es que los cambios influyen en el que cambia (novato) y en quienes lo rodean (medio social). Cada cambio conlleva un impacto a todos los niveles.

El novato llega a la ESPOL como el viento, aprende como la larga lluvia, aprende a moverse para servir como el relámpago, de esta manera no hay adversario que pueda vencerlo.

Si el novato se conoce a sí mismo no tendrá rival (pereza, desgano, impavidez, etc.) que lo pueda vencer.

Paralelo a esto, hay que tener en cuenta que el novato no puede controlar todas las circunstancias ni a las personas dentro y fuera de la ESPOL (tratar de hacer esto causa estrés), lo único que puede controlar son sus respuestas.

Quien se encuentra sometido a un proceso de “cambio” debe participar a todos sobre el particular al que está sometido (cambio). A propósito de lo anterior, una afirmación de Paulo Coelho: «El Universo siempre conspira a favor de los soñadores.»

Al someternos al cambio en la ESPOL, debemos conllevar una contabilidad sobre los estados de varios factores, entre estos:

#1        ¿Hemos definido el impacto del cambio tanto en nosotros mismos como en la gente que nos rodea?

Otro factor a contabilizar se matiza con la siguiente pregunta:

#2        ¿Hemos establecido suficientes argumentos tanto emocionales como racionales para que nos apoyen y soporten?

#3        ¿Está usted actuando de manera ejemplar y va incorporando a sus conductas habituales los cambios asimilados?

#4        Una interrogante con mantel de franqueza: ¿Qué es lo acelera o retrasa vuestro cambio?

#5        ¿Quiénes realmente lo apoyan en su proceso de cambio?

#6        ¿Su cercano círculo social se siente co-propietario de sus cambios?

#7        ¿Quién es el propietario de las perturbaciones que su cambio provoca en el medio?

Ahora, una pregunta sobre el control de su crecimiento en la ESPOL:

#7        ¿Qué tan profundamente, en usted, están incorporadas sus nuevas conductas y hábitos durante el comportamiento diario en la ESPOL?

#8        ¿Añora todo aquello que usted personalmente no quiere que cambie?

#9        ¿Siente personalmente su capacidad de transformación?

Una pista de Paulo Coelho a considerar: «Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas.»

#10      ¿Cómo incrementar la velocidad del cambio, a su favor?

Cualquier que sea el cambio, el mismo debe ser sometido a evaluaciones parciales y sumativas. Su plantilla de evaluación de los cambios debe contemplar el tipo y la escala del cambio.

A estas alturas, podemos mantener en mente que significa el cambio en lo personal y hacernos una pregunta de rigor: ¿Todos quieren que usted cambie?

Querer cambiar es más que saber cambiar. Sobre todo, hay que querer cambiar. Y aquí tenemos que considerar que en núcleo de sus emociones reside el impulso y medula del cambio.

Paralelamente, si vamos a pedirle a nuestro entorno social que nos acepte “cambiados”, es necesario que nuestros círculos sociales entiendan  todas nuestras emociones y razones que nos han impulsado al cambio.

Cuando nos referimos al cambio personal hacia una profesión, debemos caer en cuenta que el cambio referido viene de logros (pasos) pequeñitos. Aquí, siempre tenemos que ir de menos a más. Casualmente, con un buen ejemplo de nuestra parte, tácitamente pedimos a los demás que nos apoyen con el cambio.

A veces debemos tener presente que la cultura “informal” de nuestros alrededores puede socavar nuestros deseos de crecer (desarrollarnos) con los cambios.

Para no dejarnos inmovilizar durante nuestro recorrido hacia el cambio, nosotros necesitamos ánimo (a raudales) e impulsos motivacionales de quienes nos rodean. Si bien nosotros mismos nos motivamos, las perturbaciones anímicas y palabras motivadoras de nuestros pares, superiores y dependientes nos guían hacia el aceleramiento de nuestro proceso de cambio. Cuide a la ESPOL, lo físico también ayuda a cambiar.

Lo anterior nos delata que nuestra fuerza de cambio puede encontrar fuerzas contrarias que tienen la característica de ser debilitantes hacia la adquisición, por nuestra cuenta, de nuevos hábitos, conductas, nuevas maneras de pensar y sentir.

Para que usted se apropie con prontitud de nuevas conductas (originarias del cambio) invite (comunique) a quienes conforman su círculo de contacto para que aporten con ideas, estímulos y perspectivas para enraizar su cambio de por vida.

Mantenerse en el camino del cambio también depende de quienes lo rodean. Rodéese de gente que se encuentran cambiando hacia el bien. Cada pedazo de cambio (pedacito) es una lección aprendida.

Una vez logrado un pequeño cambio, nuestro siguiente esfuerzo es para que todo cambio logrado sea compañero a largo plazo. Una vez que se vayan dando (logrando) los cambios hay que extremarse para sentir los beneficios de los cambios, ya sean estos parciales o sumativos y reflexionar sobre los cambios globales a futuro.

Para cualquier cambio a futuro debe haber un compromiso para cambiar para toda la vida.

Para cambios “cotidianos” vale la pena seguir las reglas que detalla Paulo Coelho en su publicación “Importancia de los cambios ¡Estar vivos!” Este particular tuvo lugar en La Revista del 17 de abril de 2011, con la edición dominical del diario El Universo. Nos sumamos a la interrogante de Paulo Coelho: A quién pertenece las reglas que se detallan a continuación:

“Cambie. Pero empiece despacio, pues la dirección es más importante que la velocidad.

Siéntese en otra silla, al otro lado de la mesa. Más tarde, cambia de mesa.

Cuando salga a la calle, vaya por la otra acera. Después, cambie de ruta, camine con calma por otras calles, observando con atención los lugares por donde pasa.

Tome (coja) otros autobuses. Por un tiempo, cambie tu forma de vestir; regale los zapatos viejos e intente andar descalzo unos días, aunque sea en casa.

Tomase una tarde entera para pasear libremente, oír a los pájaros o el ruido de los carros.

Abra y cierre cajones y puertas con la mano izquierda.

Duerma en el otro lado de la cama. Después, duerma en otras camas.

Vea otros programas de televisión, lee otros libros, viva otros romances, aunque sea en su imaginación.

Acuéstate más tarde. Acuéstate más temprano.

Aprende una palabra nueva al día.

Coma un poco menos, coma un poco más, coma diferente; escoja nuevos condimentos, nuevos colores, cosas que nunca te atreviste a probar.

Almuerza en otros sitios, vaya a otros restaurantes, tome otro tipo de bebida, compre el pan en otra panadería.

Almuerce más temprano, cene más tarde, o viceversa.

Busque lo nuevo todo el día: el lado nuevo, el método nuevo, el sabor nuevo, el gesto nuevo, el placer nuevo, la postura nueva.

Escoja otro mercado, otra marca de jabón, otra pasta de dientes.

Báñese a otras horas.

Utilice bolígrafos de otros  colores.

Vaya a pasear a otros lugares.

Ame cada vez más, de diferentes formas. Aunque piense que la otra persona se puede asustar, en la cama proponga lo que siempre has soñado hacer.

Cambia de bolso, de cartera, de maleta, cómprate nuevas gafas, escribe nuevos poemas.

Abra una cuenta en otro banco. Vaya a otros cines, a otros peluqueros, a otros teatros, visita otros museos.

Cambie. Y piense seriamente en conseguir un nuevo empleo, una nueva ocupación, un trabajo más parecido a lo que espera de la vida, más digno, más humano.

Si no encuentra razones para ser libre, invéntelas: sea creativo.

Aproveche para emprender un viaje sin pretensiones, sencillo, largo y, a ser posible, sin destino.

Experimente cosas nuevas. Vuelva a cambiar. Pruebe de nuevo. Experimente otra vez.

Sin duda conocerás cosas mejores y cosas peores que las que ya conoces, pero no es eso lo que importa. Lo más importante es el CAMBIO, EL MOVIMIENTO, EL DINAMISMO, LA ENERGÍA.

Solo lo que está muerto no cambia, y usted está vivo. ”. – Anónimo.

Bueno. Ahora una pregunta adicional: Hasta cuando cambiar.

No hay límites para cambiar. Los límites los impone usted, a sí mismo. Cambie hasta llegar a ser feliz sirviendo a los demás..

Ante los problemas de cambio, hay que reconocer que son problemas de humanos y frente a ellos somos la causa y la solución.

El cambio en la ESPOL está dentro de cada uno de nosotros, y para servir bien al País, simplemente trate de no bloquear sus cambios hacia el bien común.

Un planteamiento reza que hay que cambiar hasta que escuchemos los planes de Dios, otra aproximación plantea cambiar hasta estar al mismo nivel de los más humildes. Una más: cambiar hasta ver por completo el horizonte de la esperanza.

Algunas frases sobre los cambios y sus consecuencias, ver:

“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.

Alexia Tolstoi

“Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía”.

Anatole France

“Si algo he aprendido en la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo”.

Carmen Martín Gaite

“Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”.

Publio Terencio Afer

“En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”.

–  John H. Newman

“Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio”.

Octavio Paz

“Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas”.

–  Françoise Giroud

“¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?

George Herbert

«El camino del necio es derecho en su opinión; mas el que obedece al consejo es sabio.»

– (Proverbios 12:15)

En cada etapa de la vida en la ESPOL se puede aprender de la gente que nos rodea.

Para cambiar sin mucho sufrir ármese de una buena red social, de gente propensa al cambio.

El mundo pertenece a los conectados.

Al pasar los semestres, cuéntanos, ¿Quiénes y cómo han dejado huella en usted los recursos humanos de la ESPOL?

¿Quiénes en la U le ayudaron a ser mejor persona? ¿Esto fue un cambio?

Feliz viaje en su ruta de cambio en la ESPOL.

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